Versículos


Versículos de la Biblia



Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo,
sino para que el mundo sea salvo por El.
Juan 3:16-17

Alabanza a Dios por una esperanza viva

Porque yo sé muy bien los planes que tengo para vosotros —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de daros un futuro y una esperanza.
Jeremías 29:11


Sólo en Dios halla descanso mi alma;de él viene mi salvación.
Sólo él es mi roca y mi salvación; él es mi protector.¡Jamás habré de caer!
Salmo 62:1-2


Quedaos quietos, reconoced que yo soy Dios.
Salmo 46:10


El Señor es justo en todos sus caminos y bondadoso en todas sus obras.
El Señor está cerca de quienes lo invocan, de quienes lo invocan de verdad.
Salmo 145:17-18

Ama a tu prójimo como a ti mismo. El amor no perjudica al prójimo.
Romanos 13:9b-10a


Que nuestro Señor Jesucristo mismo y Dios nuestro Padre, que nos amó y
por su gracia nos dio consuelo eterno y una buena esperanza,
os anime y os fortalezca el corazón, para que tanto en palabra como en obra
hagáis todo lo que sea bueno.
2 Tesalonicenses 2:16-17

Doxología

¡Qué profundas son las riquezas de la sabiduría y del conocimiento de Dios!
¡Qué indescifrables sus juicios e impenetrables sus caminos! 
«¿Quién ha conocido la mente del Señor, o quién ha sido su consejero?»
«¿Quién le ha dado primero a Dios, para que luego Dios le pague?»
Porque todas las cosas proceden de él, y existen por él y para él.
¡A él sea la gloria por siempre! Amén.
Romanos 11:33-36



»No os angustiéis. Confiad en Dios, confiad también en mí.
En el hogar de mi Padre hay muchas viviendas; si no fuera así,
ya os lo habría dicho. Voy a prepararos un lugar.
Y si me voy y os lo preparo, vendré para llevaros conmigo. Así estaréis donde yo esté.
Juan 14:1-3

Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman,
los que han sido llamados de acuerdo con su propósito.
Romanos 8:28
Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen.
Yo les doy vida eterna, y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de la mano.
Mi Padre, que me las ha dado, es más grande que todos;
y de la mano del Padre nadie las puede arrebatar.
El Padre y yo somos uno.
Juan 10:27-30
No estéis tristes, pues el gozo del Señor es nuestra fortaleza.
Nehemías 8:10

Encomienda al Señor tus afanes, y él te sostendrá;
no permitirá que el justo caiga y quede abatido para siempre.
Salmo 55:22
El gran amor del Señor nunca se acaba, y su compasión jamás se agota.
Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad!
Por tanto, digo: «El Señor es todo lo que tengo. ¡En él esperaré!»
Bueno es el Señor con quienes en él confían, con todos los que lo buscan.
Lamentaciones 3:22-25





Ten compasión de mí, oh Dios, conforme a tu gran amor; conforme a tu inmensa bondad,
borra mis transgresiones. Lávame de toda mi maldad y límpiame de mi pecado.
Yo reconozco mis transgresiones; siempre tengo presente mi pecado. Contra ti he pecado,
sólo contra ti, y he hecho lo que es malo ante tus ojos; por eso, tu sentencia es justa,
y tu juicio, irreprochable. Yo sé que soy malo de nacimiento; pecador me concibió mi madre.
Yo sé que tú amas la verdad en lo íntimo; en lo secreto me has enseñado sabiduría.
Purifícame con hisopo, y quedaré limpio; lávame, y quedaré más blanco que la nieve.
Anúnciame gozo y alegría; infunde gozo en estos huesos que has quebrantado.
Aparta tu rostro de mis pecados y borra toda mi maldad.
Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva la firmeza de mi espíritu.
No me alejes de tu presencia ni me quites tu santo Espíritu. Devuélveme la alegría
de tu salvación; que un espíritu obediente me sostenga. Así enseñaré a los transgresores
tus caminos, y los pecadores se volverán a ti. Dios mío, Dios de mi salvación,
líbrame de derramar sangre, y mi lengua alabará tu justicia. Abre, Señor, mis labios,
y mi boca proclamará tu alabanza. Tú no te deleitas en los sacrificios ni te complacen
los holocaustos; de lo contrario, te los ofrecería. El sacrificio que te agrada es un espíritu quebrantado; tú, oh Dios, no desprecias al corazón quebrantado y arrepentido.
Salmo 51:1-17

PROMESAS DE PERDÓN

Si afirmamos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y no tenemos la verdad.
Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y
nos limpiará de toda maldad.
1 Juan 1:8-9


Pero cuando se manifestaron la bondad y el amor de Dios nuestro Salvador,
él nos salvó, no por nuestras propias obras de justicia sino por su misericordia.
Nos salvó mediante el lavamiento de la regeneración y de la renovación por el Espíritu Santo,
el cual fue derramado abundantemente sobre nosotros por medio de Jesucristo
nuestro Salvador. Así lo hizo para que, justificados por su gracia, llegáramos a ser
herederos que abrigan la esperanza de recibir la vida eterna.
Tito 3:4-7

¿Quién acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica.
¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó,
y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros.
¿Quién nos apartará del amor de Cristo?
¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia?
Así está escrito:«Por tu causa siempre nos llevan a la muerte; ¡nos tratan como
a ovejas para el matadero!» Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores
por medio de aquel que nos amó. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida,
ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes,
ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación,
podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.
Romanos 8:33-39


Que Dios mismo, el Dios de paz, os santifique por completo,
y conserve todo vuestro ser —espíritu, alma y cuerpo— irreprochable para
la venida de nuestro Señor Jesucristo. El que os llama es fiel, y así lo hará.
1 Tesalonicenses 5:23-24


Al único Dios, nuestro Salvador, que puede guardaros para que no caigáis,
y presentaros sin tacha y con gran alegría ante su gloriosa presencia, sea la gloria,
la majestad, el dominio y la autoridad, por medio de Jesucristo nuestro Señor,
antes de todos los siglos, ahora y para siempre! Amén.
Judas 24-25






Salmo 136

1 Dad gracias al Señor, porque él es bueno; su gran amor perdura para siempre.
2 Dad gracias al Dios de dioses; su gran amor perdura para siempre.
3 Dad gracias al Señor omnipotente; su gran amor perdura para siempre.
4 Al único que hace grandes maravillas; su gran amor perdura para siempre.
5 Al que con inteligencia hizo los cielos; su gran amor perdura para siempre.
6 Al que expandió la tierra sobre las aguas; su gran amor perdura para siempre.
7 Al que hizo los grandes luminares; su gran amor perdura para siempre.
8 El sol, para iluminar el día; su gran amor perdura para siempre.
9 La luna y las estrellas, para iluminar la noche; su gran amor perdura para siempre.
10 Al que hirió a los primogénitos de Egipto; su gran amor perdura para siempre.
11 Al que sacó de Egipto a Israel; su gran amor perdura para siempre.
12 Con mano poderosa y con brazo extendido; su gran amor perdura para siempre.
13 Al que partió en dos el Mar Rojo; su gran amor perdura para siempre.
14 Y por en medio hizo cruzar a Israel; su gran amor perdura para siempre.
15 Pero hundió en el Mar Rojo al faraón y a su ejército; su gran amor perdura para siempre.
16 Al que guió a su pueblo por el desierto; su gran amor perdura para siempre.
17 Al que hirió de muerte a grandes reyes; su gran amor perdura para siempre.
18 Al que a reyes poderosos les quitó la vida; su gran amor perdura para siempre.
19 A Sijón, el rey amorreo; su gran amor perdura para siempre.
20 A Og, el rey de Basán; su gran amor perdura para siempre.
21 Cuyas tierras entregó como herencia; su gran amor perdura para siempre.
22 Como herencia para su siervo Israel; su gran amor perdura para siempre.
23 Al que nunca nos olvida, aunque estemos humillados; su gran amor perdura para siempre.
24 Al que nos libra de nuestros adversarios; su gran amor perdura para siempre.
25 Al que alimenta a todo ser vivo; su gran amor perdura para siempre.
26 ¡Dad gracias al Dios de los cielos! ¡Su gran amor perdura para siempre!



Salmo 139

1 Señor, tú me examinas, tú me conoces.
2 Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; aun en la distancia me lees el pensamiento.
3 Mis trajines y descansos los conoces; todos mis caminos te son familiares.
4 No me llega aún la palabra a la lengua cuando tú, Señor, ya la conoces.
5 Tu protección me envuelve por completo; me cubres con la palma de tu mano.
6 Conocimiento tan maravilloso rebasa mi comprensión; tan sublime es que no puedo entenderlo.
7 ¿A dónde podría alejarme de tu Espíritu? ¿A dónde podría huir de tu presencia?
8 Si subiera al cielo, allí estás tú; si tendiera mi lecho en el fondo del abismo, también estás allí.
9 Si me elevara sobre las alas del alba, o me estableciera en los extremos del mar,
10 aun allí tu mano me guiaría, ¡me sostendría tu mano derecha!
11 Y si dijera: «Que me oculten las tinieblas; que la luz se haga noche en torno a mí»,
12 ni las tinieblas serían oscuras para ti, y aun la noche sería clara como el día.
¡Lo mismo son para ti las tinieblas que la luz!
13 Tú creaste mis entrañas; me formaste en el vientre de mi madre.
14 ¡Te alabo porque soy una creación admirable! ¡Tus obras son maravillosas, y esto lo sé muy bien!
15 Mis huesos no te fueron desconocidos cuando en lo más recóndito era yo formado, cuando en lo más profundo de la tierra era yo entretejido.
16 Tus ojos vieron mi cuerpo en gestación: todo estaba ya escrito en tu libro; todos mis días se estaban diseñando, aunque no existía uno solo de ellos.
17 ¡Cuán preciosos, oh Dios, me son tus pensamientos! ¡Cuán inmensa es la suma de ellos!
18 Si me propusiera contarlos, sumarían más que los granos de arena, si terminara de hacerlo, aún estaría a tu lado.
19 Oh Dios, ¡si les quitaras la vida a los impíos! ¡Si de mí se apartara la gente sanguinaria,
20 esos que con malicia te difaman y que en vano se rebelan contra ti!
21 ¿Acaso no aborrezco, Señor, a los que te odian, y abomino a los que te rechazan?
22 El odio que les tengo es un odio implacable; ¡los cuento entre mis enemigos!
23 Examíname, oh Dios, y sondea mi corazón; ponme a prueba y sondea mis pensamientos.
24 Fíjate si voy por mal camino,y guíame por el camino eterno.
ver también: oraciones

Salmo 145

1 Te exaltaré, mi Dios y rey; por siempre bendeciré tu nombre.
2 Todos los días te bendeciré; por siempre alabaré tu nombre.
3 Grande es el Señor, y digno de toda alabanza; su grandeza es insondable.
4 Cada generación celebrará tus obras y proclamará tus proezas.
5 Se hablará del esplendor de tu gloria y majestad, y yo meditaré en tus obras maravillosas.
6 Se hablará del poder de tus portentos, y yo anunciaré la grandeza de tus obras.
7 Se proclamará la memoria de tu inmensa bondad, y se cantará con júbilo tu victoria.
8 El Señor es clemente y compasivo, lento para la ira y grande en amor.
9 El Señor es bueno con todos; él se compadece de toda su creación.
10 Que te alaben, Señor, todas tus obras; que te bendigan tus fieles.
11 Que hablen de la gloria de tu reino; que proclamen tus proezas,
12 para que todo el mundo conozca tus proezas y la gloria y esplendor de tu reino.
13 Tu reino es un reino eterno; tu dominio permanece por todos los tiempos.
Fiel es el Señor a su palabra y bondadoso en todas sus obras.
14 El Señor levanta a los caídos y sostiene a los agobiados.
15 Los ojos de todos se posan en ti, y a su tiempo les das su alimento.
16 Abres la mano y sacias con tus favores a todo ser vivo.
17 El Señor es justo en todos sus caminos y bondadoso en todas sus obras.
18 El Señor está cerca de quienes lo invocan, de quienes lo invocan de verdad.
19 Cumple los deseos de quienes le temen; atiende a su clamor y los salva.
20 El Señor cuida a todos los que lo aman, pero aniquilará a todos los impíos.
21 ¡Prorrumpa mi boca en alabanzas al Señor!
¡Alabe todo el mundo su santo nombre, por siempre y para siempre!



Salmo 146

1 ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor !Alaba, alma mía, al Señor.
2 Alabaré al Señor toda mi vida; mientras haya aliento en mí, cantaré salmos a mi Dios.
3 No pongáis vuestra confianza en gente poderosa, en simples mortales, que no pueden salvar.
4 Exhalan el espíritu y vuelven al polvo, y ese mismo día se desbaratan sus planes.
5 Dichoso aquel cuya ayuda es el Dios de Jacob, cuya esperanza está en el Señor su Dios,
6 creador del cielo y de la tierra, del mar y de todo cuanto hay en ellos,
y que siempre mantiene la verdad.
7 El Señor hace justicia a los oprimidos, da de comer a los hambrientos
y pone en libertad a los cautivos.
8 El Señor da vista a los ciegos, el Señor sostiene a los cansados, el Señor ama a los justos.
9 El Señor protege al extranjero y sostiene al huérfano y a la viuda,
pero frustra los planes de los impíos.
10 ¡Oh Sión, que el Señor reine para siempre! ¡Que tu Dios reine por todas las generaciones!
¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!